DESCRIPCIÓN DEL PALACIO

"La fachada principal es en toda su altura de sillería fina, consistiendo su composición en un zócalo corrido que sirve de varametro (sic) *basamento*, cuatro esbeltas pilastras, entre las cuales se ven los huecos, y un gran cornisamiento, formado por arquitrave, friso y cornisa. Sus proporciones son buenas, habiendo bastante talla en jambas, archivoltas y escudo central, así como en las tres repisas del piso principal. La puerta de entrada está cubierta por arco elíptico y colocada en el eje de simetría de la fachada: sobre ella y en el mismo eje, está el balcón del piso principal, y a su vez encima de éste, un precioso escudo bastante bien trabajado, quedando a cada lado de él dos pequeñas ventanas descentradas: En los dos entrepaños, existen dos rejas boladas, sobre las cuales y en los mismo ejes, hay dos balcones también volados".

Superficie y alzado: La superficie construida ocupa un solar casi cuadrado haciendo esquina con las calles de San Agustín y de Albornoz de 391 metros con 57 decímetros cuadrados al que por su parte noroeste y mediodía le rodeaban dos patios, -los famosos "jardines" tantas veces citados por los que han escrito sobre el General-, de 26,80 y 479,67 m2 de extensión respectivamente, así como otras construcciones de la manzana formada por las calles antes citadas, más la de Laurel y su Travesía al sur y el oeste. El alzado constaba de cuatro niveles diferenciados girando en torno a una "caja de escalera" de 7 x 7,50 m. El primero a ras del suelo está escasamete significado al exterior. Encima hay dos entresuelos independientes: uno al este y otro al oeste. El tercer nivel corresponde con la planta principal. Y el cuarto con la planta segunda, por encima de la cual están aún los respectivos huecos de la armadura y del lucernario de la escalera.

Interior El nivel a ras del suelo se dedica en exclusiva a la intendencia de la Casa. El acceso se realiza por un vestíbulo adoquinado de cuatro por cinco metros y con una altura de 5,67 m. y con paredes adornadas con un zócalo de madera, ensamblado de pino y pintado al óleo. Su techo era de magníficos cuartones también de pino, comprendidos entre bobedillas. Al vestíbulo se abrían cuatro puertas. La de la izquierda de suficiente amplitud como para dar entrada a los coches o carruajes. Por la de enfrente se ingresaba en el firme de la caja de escalera. A la derecha otras dos más pequeñas comunicaban con dos aceiteros y una bodeguilla y cisquera para calefacción. El segundo nivel o altura de la casa se comprueba en fachada principal con dos ventanas de rejas voladas alineadas debajo de la balconería de los dos pisos superiores; en la calle Albornoz con tres ventanas de menor tamaño que las anteriores; y en el patio sur con otras dos ventanas y puerta de salida al mismo desde la denominada Sala del Billar. Esta altura corresponde al espacio de los entresuelos, el de Oriente y el del Poniente, tal como se denominaban en la época. Toda la planta del entresuelo está al servicio de un espacioso comedor situado en la nave del mediodía, al que se accede, después de pasar una antesala, desde la primera meseta de la escalera principal, o también desde el cuarto conocido con el nombre de Sala del Billar. En su entorno se sitúan todo un conjunto de dependencias destinadas a las acciones anteriores, simultáneas o posteriores al acto de la alimentación. La Planta Principal del edificio es el reino de la dueña de la Casa. Y no sólo porque en élla están las habitaciones privadas -dormitorio y vestidor- de la misma, sino, y sobre todo, porque aquí se encuentran los Salones destinados, a la tantas veces mentada, aunque menos conocida, intensa vida social de la Duquesa. Todo el ala norte, iluminada con tres grandes balcones volados abiertos a la plaza de San Agustín, constituyen el denominado Salón Amarillo Principal y su correspondiente Gabinete. El del mediodía se reparte entre otro Salón, en este caso llamado azul, y un nuevo gabinete amarillo, con dos alcobas: con camas amarilla y rosa. Si la planta principal es el reino de la Duquesa, los casi cuatrocientos metros cuadrados de la Planta Segunda son el mundo del Duque. Todos ellos se estructuran en torno a su servicio. El ala del mediodía gravita plenamente sobre "el rincón" de descanso y lectura de la Biblioteca. La del este, por el contrario, es la residencia de sus servidores. Las habitaciones que miran a la fachada principal son para sus huéspedes.