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Salustiano Olózaga Almandoz


El exilo, la ambajada y el partido progresista

Salustiano Olózaga está en dos épocas distintas en el exilio: Durante el reinado de Fernando VII y el reinado de Isabel II, durante la década moderada. El primero lo pasó en París y el segundo en Londres.
Desde muy joven Olózaga participó en actividades políticas. En el Trienio Liberal asistió a la Tertulia del café Lorencini y se afilió a la Sociedad Landaburiana, así como se integró en la Milicia Nacional. Con la vuelta del absolutismo, en 1823, no abandonó la actividad política, y por su participación en la conjuración del librero Millar en 1831, estuvo preso y encarcelado, logrando huir y partir para su primer exilio.

El 20 de noviembre de 1843, recien declarada la mayoría de edad de Isabel II fue nombrado Ministro de Estado y Presidente del Consejo de Ministros, aunque por muy poco tiempo. Nombró un Gobierno formado únicamente por progresistas, al que el Congreso se opuso. La reacción de Olózaga fue conseguir de la Reina el Decreto para disolver las Cortes el 28 de noviembre de 1843, pero antes de que hiciera uso de él fue exonerado por la Reina y fue acusado por González Bravo de haber violentado con la fuerza a la Reina para que firmara. Por todos estos hechos tuvo que emigrar a Inglaterra.
Entierro de Olózaga
Embajador

Fue dos veces embajador en París.

La primera durante el ministerio regencia de Espartero cuando el rey Luis Felipe daba apoyo a la ex-regente y a los moderados exiliados.

Y la segunda durante el Sexenio Democrático, muriendo en París como embajador.

Líder del Partido Progresista

Restablecido el moderantismo después del Bienio Progresista, Olózaga logró que los progresistas se retiraran de las consultas electorales, con la política del "retraimiento" desde el 1863, lo que supuso que este partido tendiera hacia las tesis de acción "revolucionaria".

En su discurso de "Los Campos Eliseos" (1864) acuñó la frase de "o todo o nada": entendiendo por todo el derribo de la dinastía borbónica o, mejor dicho, el de Isabel II", que supondría el deslizamiento de los progresistas a los preparativos que terminaron en la revolución de septiembre de 1868, es decir, en "La Gloriosa".