La idea de eregir un monumento al General Espartero nace en el Ayuntamiento de Logroño en la temprana fecha de 1840, a los pocos días de ser nombrado Presidente del Consejo de Ministros por la reina madre María Cristina. Pero su enfoque en el pago de los gastos "por subscripción popular", en la que pudieran participar todos, modestos y acomodados, terminó en un rotundo fracaso, y se quedó en el olvido. Aunque sirvió como experiencia para empeños posteriores.
Hasta la visita de Amadeo de Saboya a Logroño para reunirse con Espartero
no se dio otra propuesta. El 26 de agosto 1871 el arquitecto municipal de
la ciudad, Francisco de Luis y Tomás, presenta en la Sesión
de este día un proyecto alegando ideas ornamentales, para eregir,
en la Plaza que se está formando en torno "al paseo de las Delicias",
un monumento en honor de Espartero. Argumentan que "El Caudillo de
Luchana, Pacificardor de nuestra querida patria y Ciudadano el más
noble y más leal del siempre honrado pueblo Español",
se lo merece. Y el 27 de febrero de 1872, "aniversario del natalicio",
del ahora Príncipe de Vergara, se realiza el ritual de localizar
el lugar donde se ha de ubicar el monumento, en presencia del propio homenajeado.
El monumento proyectado en estas fechas e inaugurado en este día
nunca se llegó a terminarse.
Y mientras tanto Espartero desaparece
físicamente con su muerte.