Iniciado el siglo, y después en los años veinte, los franceses llegan a La Rioja en "son de guerra". Mediada la centuria se asientan, principalmente en La Rioja Alta, con "son de plata". Su primera presencia -1808 - 1813- arranca con cordialidad y termina "como el rosario de la aurora". Después del Trienio Liberal -en 1823- retornan, con las ideas cambiadas, en apoyo de D. Fernando Séptimo. La filoxera les mueve para volver en las décadas de los setenta y ochenta como "comisionados" en busca de uvas y vino para sus "Chateau".
La fioxera había arrasado los viñedos franceses en los años sesenta del siglo XIX. La vinicultura gala, en consecuencia, necesitaba uvas o vino para no perder sus mercados florecientes y acreditados. Y vinieron a La Rioja -como a otras regiones productivas españolas- para remediar sus males.
Son los años conocidos en la bibliografía regional como los de "los comisionados franceses".
En La Rioja Alta -y sobre todo en su nayor núcleo poblacional: Haro- se asentaron franceses para aprovisionar de materia prima a las Bodegas de su país. El mayor número simplemente pasó por la comarca riojana. Unos pocos establecieron alianzas con los locales y se quedaron aquí en apoyo de la producción vinatera local y provincial.
Aún se sigue recordando -y celebrando con excesivo flolklore- en la ciudad de Logroño un hecho bélico de allá del siglo XVI, cuando reinaba en Francia Francisco I y en los Reinos hispanos Carlos I de "España y V de Alemania". Según la documentación histórica la ciudad fue asesiada por los franceses -y sus aliados navarros- durante unos quince días de la primavera de 1521 cuando aún calentaban los rescoldos de la guerra que sumó el Reino de Navarra a la cadena de títulos con que precedían a sus "escritos" de los Reyes de la península. Sobre este hecho histórico no nos pronunciamos, porque lo nuestro es la contemporaneidad.
Y contemporáneas son las otras dos invasiones de la ciudad por los franceses. En la primera llegan como "aliados" el Año Nuevo de 1808, y salen en 1913, después de haber pasado cinco años de guerra con los naturales. Fue la invasión que terminó denominándose "La Guerra de la Independencia" para la historiografía española y "la maldita guerra de España" para el propio Napoleón. A ella están dedicadas la mayoría de estas páginas.
La segunda invasión se produce una década después de su "marcha", en el año 1823. Ahora llegan los franceses -"los cienmil hijos de San Luis"- con las intenciones cambiadas: apoyar al Rey "D. Fernando Séptimo" al que tanto habían escarnecido diez años antes. Es la "prise de la ville de logrono" por las tropas del de Angulema