Desde el año 1957 se viene celebrando en
Logroño, en septiembre, coincidiendo con los San Mateos, las Fiestas de la
Vendimia. En el exterior se exalta el Vino de Rioja, pero en el fondo se
esconde una profunda intención doctrinal y política.
Todo el ritual festivo se organiza entorno
al pisado de la uva y al desfile previo de carrozas homenajeando al mundo
de vino. Y antes y después de estos actos centrales se eligen la
reina y damás de honor. En los primeros años se celebraban festivales folklóricos,
juegos florales poéticos en el Teatro de la ciudad, y diversas actividades
culturales. La calidad brillaba por su ausencia y el populismo
era la nota dominante.
Con la democracia la situación fue cambiando lentamente, y sin haberse desprendido de su primigenia intención, se ha producido modificaciones. La comitiva de Carrozas siguen siendo los actos centrales -financiadas principalmente por instituciones políticas
como Ayuntamientos, Diputación, Consejo Regulador, ...- y siguen recorriendo
las calles principales de la ciudad para regocijo del público apostado
en las aceras, y terminan en el lugar del "pisado de la uva".
El nuevo mosto es bendecido y se guarda el primer jarro para ofrecérsolo,
en un acto religioso posterior, a la Virgen de Valvanera, patrona de la
provincia.