El 14 de marzo de 2004 supuso un nuevo triunfo para el Partido Socialista Obrero Español a nivel de toda España. El nuevo candidato a la Presidencia del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero había fortalecido el Partido, mientras que el PP se había visto envuelto en problemas como el del Prestige, y en especial, en la participación en la guerra de Irak, apoyando las acciones estadounidenses y británicas de forma incondicional, pese a las multitudinarias manifestaciones en su contra. Pero además, un día antes de las elecciones, se produjo un atentado terrorista en las líneas férreas de cercanias de Alcalá de Henares a Madrid, con un saldo trágico de más de doscientos muertos.

La orientación de las encuestas favorecían los resultados del PP, por lo que el vuelco electoral fue aún más sorprendente para las derechas. Y es que el PSOE conseguía 164 Diputados con el voto de 10.903.712 españoles y el PP llegaba a 148 con 9.624.868 de votantes. El resto de los partidos acumulaban 38 Diputados destribuidos de siguiente modo: Convergencia i Unió (CIU) 10, Esquerra Republicana de Cataluyna (ERC) 8, Partido Nacionalista Vasco (PNV) 7, Izquierda Unida (IU-OC) 5, Coalicción Canaria (CC) 3, Bloque Nacionalista Galego (BNG) 2, y uno las tres siguientes formaciones políticas: Chunta Aragonesista, Eusko Alkartasuna (EA) y Nafarroa Bai (Na-Bai).