Espartero en Logroño
Baldomero Espartero estuvo empadronado en Logroño durante medio siglo. Y convivió directamente con sus vecinos en tres etapas diferentes. En la primera durante el absolutismo de Fernando VII estuvo un trienio (1927-1930). En la segunda, después del exilio inglés, un septenio (1848-1854). Y en la tercera, después de jubilado, unos veintidós años (1856-1879).
Boda, repatriación de capitales, reintegro en el 'servicio activo' militar y convivencias con nuevas 'clases sociales'. Sin duda, todo de color de rosa, entre 1827 y 1830, su primera estancia de convecino de los logroñeses. Abrazó a su 'chiquita' Jacinta; manejaron sus 700.000 rs.; fue Comandante militar de Logroño; y se codeó -e influyó- con los pudientes logroñeses.
Desde principios de 1848 hasta que la 'revolución llama a su puerta' en 1854, Espartero vivió en su 'Casa-Palacio' y se recreó en 'La Fombera' y con sus fincas. Crió vinos en su 'Bodega Ducal'; elaboró aceite en su Trujal de la c/Mayor; e innovó importando 'cebada de Australia' para sus fincas. Y le fue bastante bien, según los documentos. En la Exposición Nacional Agrícola de Madrid (1857) recibió dos medallas de oro por la cebada y el aceite; y una medalla de plata por la colección de vinos.
Desde 1856 vivió otra vez en la ciudad y ya no salíó hasta hoy (sus restos están en 'La Redonda'). Participó en todo tipo de movimientos innovadores en espectáculos y cultura, en mejoras de las infraestructuras, y en proyectos de entidades financieras. En todo lo que se movió en aquellas fechas. Y no digamos en cuanto a la promoción de la ciudad por la que pasaron informadores, mensajeros, comisionados de todo tipo, y 'próceres' de variado nivel e importancia. Y en los momentos 'políticos señalados' siempre se miraba a su Casa-Palacio -en especial a su 'Salón Amarillo' en el piso principal, más o menos de frente, y allí estaba el 'anciano general' y su 'chiquita', como decían, para responder. Un lujo para La Rioja la presencia de Espartero en Logroño