La cantera de jugadores riojanos de pelota aficionados. a finales de los cincuenta y los primeros años de los sesenta, sigue estando en Albelda de Iregua, con el soporte fundamental de Hervías y Entrena, mientras que han desaparecido por completo los de Baños de Río Tobía que se han pasado al profesionalismo -todos los Barberito- , y ayudan muy eficazmente casos particulares de Murillo de Río Leza y Tricio. Es decir, algo se ha movido en cuanto al origen de los pelotaris, pero en esencia se mantiene la procedencia territorial en cuanto a la afición, así como también en relación a los practicantes.
Forman la selección de pelotaris aficionados de La Rioja para los Campeonatos de España, entre 1958 y 1964, dieciocho manistas diferentes, algunos sólo con apariciones muy esporádicas y puntuales, como son los casos de Silvano de Entrena, José Luis Pérez de Manzanares de Rioja, Cabillo II de Santo Domingo de la Calzada y Antonio Hernáez de Cenicero.
La historia confirma que siguen siendo las poblaciones del valle del Iregua, con Albelda a la cabeza, las más entregadas al juego de pelota, pero también que la tradición pelotazale se mantiene en Murillo y en Tricio, recogiendo el fruto de la siembra de afición de los años precedentes. Además se amplían los circulos de contactos hacia otras localiades próximas a las anteriores, casos de Entrena (Narro, Zapatero, ...) o Huércanos (Iruzubieta), anteriormente no huérfanas de pelotaris destacados.
Todo esto confirma que las causas dinamizadoras del juego en el frontón han cambiado poco, o muy poco, de los años de la primera posguerra a los que ahora explicamos, por lo que no vamos a insistir más sobre la cuestión.
Los
melocotoneros habían aportado distintos jugadores a los cuadros riojanos para los Campeonatos Nacionales de Aficionados de Pelota a mano en los cuarenta, y harían lo mismo en los cincuenta y en los sesenta. De 18 seleccinados en los años que analizamos en esta página, CUATRO son de Albelda de Iregua :
Miguel Rodríguez (Picote), Félix Zapata Ruiz (Cuco), José Luis Benito (Tripita) y Félix Palacios.
Pero la participación de los de Albelda en los cuadros de los Campeonatos fue más
destacada en cuanto al total de veces seleccionados que en cuanto el número de pelotaris. Tripita lo es en seis anualidades (1958, 1959, 1961, 1962, 1963 y 1964). Cuco (desde 1958 a 1961 ininterrumpidamente) y Féliz Palacios (1958, 1959, 1960 y 1962), en cuatro cada uno. Picote, por su parte, defiende a La Rioja en 1958 y 1959.
Domingo Sacristán Alegría y Pedro Narro Blanco son la base de la pareja de manomanistas riojanos en los primeros sesenta. Domingo procede de la escuela de pelotaris de Tricio alentada en esta década (1946-1956) por D. Claudio Lerena, el maestro del pueblo. Narro se curte en la capital del Principado, Barcelona, en donde alcanza un Campeonato de España en parejas manomanistas. Su retorno le convierte en el imprescindible zaguero de la Federación.
Los primos de ‘Moi’
Hervías había dado un Campeón de España y del Mundo en el año 1955 a la pelota riojana y su influjo se dejó sentir en los años inmediatos.
Son los primos de ‘Moi’, Hilario Moreno y Juan del Val, los que durante los finales cincuenta y los primeros sesenta toman el relevo de los pelotaris aficionados defendiendo a La Rioja. Y su papel fue muy destacado, en especial, el de Juanito.
El reducto "del leño" está en la capital, bien porque son de aquí o están avencindados algún tiempo, auxiliados por los aficionados de Arnedo. Son, además, años de transición en los que los básicos, Greñu y Sanz, ahora se sienten respaldados por César Sevilla y su amplia influencia.
En este septenio juegan con herramienta Félix Ochoa, el aragonés Botaya, Rubén Ortiz-Olave, Martínez-Corbalán -llegaría a Presidente de la Diputación-, además de Marrodán, Vallejo, así como Ganzaraín y Alduán, de los que no sabemos casi nada.
Pocos años después, esta labor, recogería sus frutos en forma de títulos y campeonatos mundiales. Pero nosotros no vamos a desarrollarlo.