1959: "Que salgan los jóvenes"
XVIII campeonato
El Campeonato de este año se estructura para la competición de la misma forma que el del año anterior, es decir, con ocho Federaciones compitiendo (Guipúzcoa, Vizcaya, Álava, Navarra, Castilla, Cataluña, Burgos y La Rioja) a partidos de ida y vuelta en tres especialidades (pala, parejas y manonanista solo). Y deportivamente llevaron el mismo camino al ganarse sólo once partidos y perdiendo treinta y uno. Aún peor que en 1958.
En pala se mantiene Antonio Sanz Estefanía y comienza Ganzaraín, al que sustituye en algunos partidos Vallejo. Ganan los dos partidos a Burgos y en el Carrasco a Álava y se pierden el restos, o sea, 11 partidos.
La base de los manomanistas sigue estando en Albelda con cuatro jugadores: Miguel Rodríguez ("Picote"), José Luis Benito Domínguez ("Tripita"), Félix Zapata ("Cuco") y Félix Palacios; a los que ayudan Amador Torrecilla ("Zapatero") de Entrena, Zabala de Oyón y Mario Santos de Murillo. Todos son conocidos, menos Santos, e incluso algunos son "viejos conocidos", por lo que en varios partidos se oyeron "gritos" de, "¡que salgan los jóvenes!" .
En individual se ganan cinco partidos, uno más que el año anterior: tres en casa (Carrasco) por Picote a Castilla (18-8) y Cuco a Álava (18-15) y Vizcaya (18-14); y dos fuera (Castilla -por Cuco (18-15)- y Vitoria por Picote por 18-12), con lo que se pierden nueve.
En parejas Zapatero y Zabala ganan sólo tres partidos: en el Carrasco y en Madrid a Castilla respectivamente por 22-11 y 22-16 y a Burgos en el Carrasco (22-11).
El Campeonato de 1959 fue también desastroso.
1960: la renovación
XIX campeonato
La nueva década comienza con dos novedades: la "caída" de la Federación de Burgos de la competición y la entrada en el cuadro riojano de nuevos valores, o sea, los jóvenes. Se reducen, en número, los enfrentamientos a siete selecciones (Guipúzcoa, Vizcaya, Álava, Navarra, Castilla, Cataluña y La Rioja) y a 36 partidos sumando las tres especialidades.
A los palistas riojanos se añade otra vez Antonio Díaz de Greñu, siguiendo como puntal Antonio Sanz, y ayudando, con un partido cada uno, el conocido Ganzaraín y el nuevo Adarraga II.
La renovación de manista es amplia.
Mario Santos de Murillo se consolida en individual al jugar como representante riojano todos los partidos. La nómina de los que participan en parejas en muy ampia, llegando hasta siete distintos, y se ensayan muy variadas conbinaciones. Juegan el "incombustible Félix Zapata, Cuco" -una sola vez-, Bautista Ruiz de Nalda -un partido-,
Domingo Sacristán Asensio de Tricio -se convierte en básico para las parejas con diez representaciones-, Blas Sáez -"Cabillo II"- de Santo Domingo -dos enfrentamientos-,
Félix Palacios de Albelda -siete partidos- y comienzan los primos de "Moi" de Hervías, Juan del Val -dos partidos- e Hilario Moreno -una actuación-.
Se mejoraron los resultados de años anteriores en los partidos de mano. Mario Santos alcanzó las semifinales en individual después de ganar en siete partidos: en casa contra Cataluña (18-13), Álava (18-9), Castilla (18-3) y Vizcaya (18-13); y fuera frente a Castilla (18-3), Vizcaya (18-10) y Álava (18-5); pero fue eliminado por Tomás Abad, el "Zurdo de Quintanar" (10-18), sin poder alcanzar la final.
En parejas se ganan cinco partidos. En el Carrasco a Cataluña (Sacristán y Cabillo II - 22-21), Navarra, Álava (a ambas con Sacristán y Palacios por 22-15 y 22-17 respectivamente) y Vizcaya (Moreno y Palacios 22-20); y fuera a Navarra, en el Labrit, (Sacristán y Juanito del Val (22-11).
En pala, sin embargo, fue la hecatombe. No se sumó ni un punto.
1961: la vuelta del "hijo
pródigo" y
del Val consolidándose
XXI campeonato
La renovación del año anterior había demostrado que el camino emprendido aportaba fuerza y buenos resultados. Para el Campeonato del 1961 los federativos siguieron profundizando en este sentido y comprobaron que crecía aún más el optimismo. Por ello, además, ensayaron otras fórmulas que no se habían explorado en épocas pasadas. En primer lugar recuperaron pelotaris que habían emigrado a otras latitudes y que en éllas habían cosechado fama y triunfos; y en segundo lugar, se buscaron formar manomanistas especializados, o bien en individual o bien en parejas.
Con la primera estrategia se recuperaba a
Euplio Sotelo Ausejo (Alberite) que se había demostrado básico en las alineaciones
manomanistas -individual y parejas- de la Federación Catalana durante varios Campeonatos Nacionales anteriores. Desde este año 1961 se reincorpora al cuadro riojano aportando su experiencia y calidad en una etapa de la pelota riojana en la que la renovación de nuevos valores comarcales aportaban triunfos y emociones a los aficionados.
Como Sotelo,
José Luis Benito ("Tripita"), sumaba la experiencia al conjunto, pero a la vez se acudía a pelotaris semidesconocidos ahora como
Bernardo Iruzubieta de Huércanos y
José Luis Pérez de Manzanares de Rioja. Esta nómina de veteranos y noveles se completaba con el triplete que formaba el esqueleto del cuadro:
Domingo Sacristán (Tricio),
Juanito del Val (Hervías) y
Félix Palacios (Albelda).
En pala, "visto lo visto", el equipo se renovó por mitad, entrando César Sevilla, en apoyo de Antonio Sanz, y en un partido Vallejo y Greñu. La especialidad no daba para mucho más. Y de esta forma al menos consiguieron puntuar en dos ocasiones contra Álava, en el Carrasco y en el frontón Burunda de Alsasua.
En mano individual se especializaba
Juanito del Val, después de los ensayos de Euplio Sotelo (en el Carrasco pierde contra Castilla y gana contra Cataluña); Tripita (pierde en el Carrasco contra Álava); y José Luis Pérez (pierde en el Gros contra el que luego sería el campeón, Arriola). Con el triunfo de Sotelo, y los cuatro partidos ganados por del Val (en el Carrasco al navarro Piérola, y fuera, en Bilbao, en Alsasua y en Barcelona) la selección riojana llegaba hasta las semifinales en esta especialidad al igual que el año anterior. Tampoco va más allá.
La pareja gane por lo menos a Castilla (Domingo Sacristán y Juanito del Val) y Cataluña (Juanito del Val y Félix Palacios) en el Carrasco (sin datos en el Carrasco contra Vizcaya) y a la misma Castilla en Madrid (Domingo Sacristán y Félix Palacios). El resto son partidos perdidos.