Baldomero Fernández Espartero
Hacienda del General Espartero: 1843
Incremento económico entre 1827 y 1843
En la década y media que dista entre la boda celebrada en La Redonda de Logroño
(1827) y el exilio en Londres (1843), Espartero y su consorte han llegado a la cúspide de
la fama y del poder en la Nación. Sin embargo, como en la fecha anterior su
cuerpo de hacienda no procede más que de los ingresos de los cargos y destinos
del marido, de la explotación de sus fincas y de las nuevas herencias acumuladas
por su mujer.
Espartero ha ascendido hasta Capitán General y ha desempeñado
puestos destacados en el ejército y cargos políticos en Ministerios, Presidencias
del Consejo de Ministros y la Regencia del Reino.
Esto debería suponer un incremento
sustancioso de sus ingresos, y en consecuencia, de su hacienda. Pero veamos
que no fue así.
Se puede concluir pues que Espartero, durante los años de mayor protagonismo
militar y político, no sólo no incrementó su patrimonio aprovechándose del Estado,
sino que sucedió todo lo contrario. El Estado le debió -y no le pagó nunca-
considerables cantidades de dinero por los servicios prestados, tanto en territorio
nacional, como en las guerras coloniales. El hecho ya quedó claro en el Congreso
de Diputados cuando el propio Narváez tuvo que confesar que las acusaciones
del Decreto de Exoneración cuando partió para el exilio, eran absolutamente
falsas
Impagos del Estado
a Espartero
En el Acta de Inventario de Bienes quedados a la muerte de la
Srma. Sra. Dña. Jacinta Martínez de Sicilia se hace constar la existencia de
"una carpeta que contiene varios documentos de créditos contra el Estado a favor
del Excmo. Sr. Duque de la Victoria y de Morella" entre los que están:
1. "Alcance
como General en Jefe del Ejército del Norte, 229.650 rs.";
2. "Alcance como Regente
del Reino, 478.342 rs.";
3. "Alcance como Capitán General, desde primero de
Agosto de mil ochocientos cuarenta y tres hasta fin de Diciembre de mil ochocientos
cuarenta y siete, 476.000 rs."
O sea, que el Estado debe a Espartero hasta que
sale para el exilio, sin contar lo que le adeuda por su estancia en América
y lo que no se le paga por la destitución de todo los títulos mientras está
en el exilio , la nada despreciable cantidad de 707.992 rs.
Y corresponde precisamente
al pago de aquellos dos cargos o puestos por los que fue más agriamente criticado
Espartero a lo largo de su vida.
Sin embargo por parte de su mujer sí que se incrementó la hacienda matrimonial, ya que recibió otras dos hijuelas testamentarias:
Herencia de la abuela paterna de Jacinta
Recibe la herencia de su abuela paterna,
Guadalupe Ruiz de la Cámara, en 1832, cuando Espartero
está destinado en Palma de Mallorca, sumando un total de
253.851 rs. 6 mrs., aunque en realidad se quedan en 135.851 rs. 6 mrs. por el
descuento de lo que se le entregó a su padre para el matrimonio.
Herencia del abuelo materno de Jacinta
La de su abuelo materno,
Domingo Santa Cruz, llega en 1835, al poco de estar integrado Espartero en el frente norte luchando contra los carlistas. Recibe 309.533 rs., la mitad, la otra mitad fue para su hermanastra
Vicenta, de las tres partes realizadas entre los tres hijos.
Bienes adquiridos por el matrimonio
Durante estos años
el matrimonio efectuó también sus propias adquisiciones, aunque encaminadas
más a "redondear" las herencias recibidas, que a incrementar su patrimonio.
Así durante la Guerra Carlista el General buscó dar una forma más regular a
la finca del Mayorazgo denominada de la Fombera, para lo que compró unas pequeñas
piezas entorno al Río Iregua y consiguió que el Ayuntamiento le donara un terreno
"sito en la orilla del mismo río inmediato a la huerta ... Fombera" . En este
mismo sentido, pero ahora para ampliar su Casa-Palacio, está la compra a la
Nación de una casa desamortizada en la C/ de San Agustín en el verano de 1840.