'A la conquista de las multitudes'
En el contexto de tragedias y conflictos que se vivieron en La Rioja durante los primeros años del nuevo siglo se sitúan los sucesos de Logroño del verano de 1904.
La inquietud nacida de aquellos 'años de vértigo' con la llegada 'del Siglo de las dos XX', había posicionado a los bloques hegemónicos para mantener o promocionar sus posiciones sobre las multitudes. Los tres grandes bloques ideológicos del momento (la Iglesia, las burguesías y los obreros) se disputaban la orientación, de lo que Ortega y Gasset llamó 'las masas'. En estos sucesos participaron los confesionales católicos y los jóvenes de las nuevas burguesías emergentes. Por un lado los 'hermanos maristas' y por otro las 'Juventudes republicanas' o como escribieron entonces -El Globo de Romanones- "la intransigencia roja o el fanatismo negro".
Y se enfrentaron en la calle. O en la Plaza principal de la capital de la provincia. Las organizaciones confesionales católicas con sus manifestaciones religiosas; las juventudes republicanas con sus capacidades de convocatoria para las nuevas generaciones. Y el choque terminó en altercados y en protestas malhumoradas y oscas. Para la prensa monárquica fue un 'brutal atropello y una bárbaro agresión"; para la republicana "una provocación y un desafío" al que respondieron; y para unos terceros "un choque de dos fanatismos"; e incluso algunos defendieron que los actos de Logroño no tenían "nada de particular".
Al día siguiente de los sucesos, fue detenida toda la Junta Directiva de la Juventud Republicana, entre ellos Florencio Bello, Presidente, y el dentista Basilio Gurrea, Concejal del Ayuntamiento, acusados de ser los instigadores principales de los problemas en las calles.