Sobre un plano de época de "Logroño", elaborado por los propios franceses, hemos remarcado los conventos de la ciudad que fueron habilitados y acomodados por el Municipio para el acuartelamiento de las primeras tropas francesas estacionadas en la población en el mes de enero del año 1808.
Agradecemos a Roberto Martínez Rico la información sobre la existencia de este Mapa en los fondos de Ministerio de Defensa, y más aún el habérnoslo proporcionado en un amable correo electrónico enviado a través de nuestro enlace de sugerencias. Gracias.
Nº | Convento | camas | soldados |
1 | San Francisco | 252 | 504 |
2 | El Carmen | 100 | 100 |
3 | La Merced | 116 | 232 |
4 | Valbuena | 136 | 272 |
5 | La Trinidad | 180 | 360 |
T | cinco | 784 | 1.468 |
Fuente: | AAL |
Los suministros de todo tipo fueron aportados por los vecinos de Logroño y de las poblaciones de los alrededores. Principalmente fueron los siguientes: camas y otros utensilios para la alimentación de los soldados; pesebreras, cebada y paja, principalmente, para los caballos. El Intendente de la capital de la Provincia, en estas fechas Soria, promete 80.000 rs. para todos los gastos.
En el Palacio del Obispo se hospeda el General francés
El primer acantonamiento de tropas francesas del invierno de 1808 explicado, fue la base de todos los alojamientos posteriores hasta el final de la guerra, sean de columnas en tránsito -lo más frecuente- o de unidades acuarteladas. La única baja es el Convento de La Trinidad inutilizado después del incendio del 6 y 7 de febrero.
Los conventos, pues, y algunos otros espacios -sobre todo para los Jefes militares-, solventaron uno de los grandes problemas de la ciudad en los años de guerra: el de acoger a soldados y a su pertrechos, en especial a los animales que arrastraban consigo, bien con fines propiamente milares o de abituallamiento. Recordemos que Logroño cuenta en estas fechas con unos seis mil habitantes y en algunas ocasiones estuvieron alojados en él hasta 20.000 soldados con todo lo que arrastraban.
La agudización bélica posterior a las insurrecciones del mes de mayo incrementó las necesidades de locales, y a los seleccionados por el Capitán que estuvo en la ciudad el Año Nuevo de 1808, se añadieron otros en cada una de las circunstancias. Son estos: el del Colegio o Seminario Conciliar al sur y el de "las religiosas carmelitas" extramuros.