Diversificación industrial
Su dinamismo inversor le lleva además a crear otro tipo de empresas, tales como una
Sociedad Anónima para Envases Metálicos Litografiados, en auxilio de una industria conservera en máxima expansión en la región, y en especial, otra de cremas a la cera para el calzado, bajo la marca registrada de "
Aguila Roja", en una provincia en que la inmensa mayoría se calza con zapatillas .
Pero D. Hipólito, como le llamaban todos, queda en la historia local sobre todo por ser también un inquieto promotor de ocio y espectáculos. El Teatro Bretón de los Herreros de Logroño vive una época dorada en los años que lo tuvo arrendado entre 1923 y el 31 de marzo de 1930, contratando a las mejores compañías nacionales. [La de Margarita Xirgu en dos ocasiones: [1925] y [1928].
Y lo mismo sucedió con el Frontón Beti Jai cuando en el año 1921 pasó a ser de su propiedad, y lo dividió para convertirlo en dos salas destinadas al ocio: la parte norte a cine, y la sur, a salón de baile, y más tarde,en 1927, éste último, también cancha para juego de pelota a mano y pala.
Durante la década de los años veinte, Hipólito Bergasa, controla y programa todos los espacios de espectáculos de la ciudad, a saber: los teatros Moderno y Bretón de los Herreros, como hemos dicho; el Cinema Social, en los bajos de la Federación de
Sindicatos Agrícolas Católicos de La Rioja, el Cinema Beti-Jai -ala norte del antiguo Beti-Jai, junto al Círculo Logroñés; y el baile en el Salón Beti-Jai o ala sur de este edificio. Además, desde el 1927, programa pelota a mano, después de acomodar el salón de baile, añadiéndole un frontis, para este juego.
Cuando se retira, por jubilación, en la primevera de 1930, su ejemplo e influjo aún seguirá siendo muy destacado durante la IIª Repúblcia. Sus locales serán arrendados por otros, pero el espíritu de D. Hipólito continuará vivo. Y cuando muere la pelota en 1934, el Sr. Bergasa aún se atreve en persona a organizar algunos partidos.
La industria del espectáculo riojano en general debe mucho a Hipólito Bergasa, pero es sobre todo la pelota la que mejores recuerdos ha legado.
El Frontón Beti Jai, como el Frontón Logroñés de Ramón Narvaiza, son la memoria viva de este juego. En su cancha, domingo tras domingo, los hermanos Gato Rojo, Limpias, Cantarín y los Lechuga; así como Alcanadre, Paraguayo, Monís y Blas o los hermanos Bojas, Corono, Higinio y Coquis, y otros muchos, alimentan la socialización de gran número de logroñeses, compartiendo ilusiones y momios.
Las ´querellas´ terminan con la pelota; la Guerra profana el local; y sólo años después, en plena posguerra, y debido al "fenómeno mediatico" de Barberito, Titín y del Val, y las inovaciones aportadas por los partidos de 'raquetistas', le retornan sus laureles, bajo la influencias de otros empresarios organizadores y otras costumbres y normas.