"Jarrero de pro"
Félix
Martínez Lacuesta (1874-1922 Haro), "abogado notable, politico honradísimo, organizador casi apostólico de asociaciones". (Tierra Riojana", 24-XII-1922, Julián Fernández Ollero).
Casado con Ceferina Francés y Ortiz de Elguea entronca políticamente con varias familias de las burguesías de Haro y Logroño de los finales del siglo XIX y las primeras décadas del XX. En especial con la familia de los Arza de la capital de la provincia al ser cuñado de Emilio Francés Ortiz de Elguea unido en matrimonio con María Arza Ubis, hija de Guillerma Ubis Medrano, Viuda, desde el 12 de abril de 1890, de Hipólito Arza Aranaz, importantes comerciantes e industriales de las harinas y la energía eléctrica.
Fundó su propia bodega [Caja Vinícola - 1895] en Haro, cuando apenas tenía 21 años, continuando aún hoy [2017], tras sucesivas generaciones, bajo el nombre de Martínez Lacuesta, como una de las Bodegas centenarias de La Rioja actual
Pero no limitó la actividad al mundo de su bodega. Desarrolló una intensa
vida política, comercial y propagandística en favor del vino y de las frutas, tanto a nivel de La Rioja como de España entera, y siempre estuvo atento a los cambios y circunstancias
del momento histórico.




HOMENAJE EN
EL BETI JAI - 1915
Fragmento del discurso de Félix Martínez Lacuesta el 11 de abril de 1915 en agradecimiento del Homenaje que le hicieron en el Front´Beti-Jai de Logroño.
"Con verdadero placer, con íntima satisfacción, admito vuestros aplausos, y después de recibir sus halagadoras caricias, cuyo perfume imprimirá carácter en mi alma, os los devuelvo en el mío, bien sincero, vomo encrnación que sois de esta querida Rioja, qwue es la que los merece.
La tierra que ofrece este acto en que, dejando aparte la persona obsequiada y la tasa del obsequio, se reúne en un sólo pensamiento para premiar esfuerzos, grandes o chicos, del trabajo honrado, y que al propio tiempo se orienta en la defensa de los intereses generales de la nación, da pruebas de una conciencia, de una tolerancia, de una alteza de miras suficiente a que su voz no pueda ser desoída en el alcázar del poder y en el trono que le sirve de cúpula.
Por eso esos aplausos deben de ser para ella, para que, llegando a los hogares riojanos resuenen en ellos con voz atronadora, llevando el consuelo de que en la vida pública pueden alcanzarse los laureles y las auras de popularidad laborando por el bien de todos los ciudadanos.
No puedo en este momento patentizar el sentimiento que inunda mi alma.

Creo que he hecho algo; prescindo de la cuantía; primero por mí; pero vuestra recompensa me abruma. El salvo a vuestro favor siempre será grande y necesitaría ser un seráfico San Francisco para pagaros en gratitud y como siempre resultaría deudor, me declaro en quiebra: vosotros liquidaréis: o s entrego mi cuerpo y mi alma.
Vuestro soy: obligadme. Seré vuestro esclavo, y con ello aumentará la deuda, porque la esclavitud impuesta por la generosidad produce la voluptuosidad de los más puros goces del amor.
El espíritu público, por su psicología colectiva, no suele moverse de una manera metódica y a largo plazo en problemas que interesan a la generalidad; pero en cambio por impresionismo, debido a nuestro carácter meridional, nos sentimos capaces de los mayores arrestos:" ...