N o v i a z g o d e J a c i n t a y Espartero
El noviazgo entre Jacinta y el Brigadier Baldomero tuvo que ser corto a la fuerza , pues hasta finales de noviembre de 1826 el novio estuvo en Francia "tomando los baños" para reponerse de sus tres viajes casi continuados a América.
La primera noticia documentada en la que consta que Espartero está en Logroño es del 10 de agosto de 1827. Está, junto a la novia y los dos tutores de ésta, el abuelo materno y la abuela paterna, en la escribanía del notario de la ciudad Fausto Zupide firmando las Capitulaciones Matrimoniales, para testificar que "tienen tratado que los referidos Sr. Brigadier D. Baldomero Espartero y la Dña. María Jacinta Martínez de Sicilia contraigan matrimonio", bajo las siguientes cláusulas: "se han de casar y velar ...a la brevedad posible"; dándose "mutuamente palabra de casarse", "obligándose los dos esposos de futuro a no retractarse, ni contraer esponsales con persona ajena sin consentimiento por escrito del otro contrayente"; y que Dña. Jacinta llevará al matrimonio el mayorazgo heredado de su padre, y D. Baldomero "cuantos fondos, derechos y acciones le pertenecen".
La boda se afectuó, pues, con celeridad, tal como se juramentaron y consta en el documento anterior, se muestra en otros papeles de tipo oficial, y en la propia Partida de matrimonio ""in gracie Eclesial por palabras de presente", en la que se recoge la dispensa de "la lectura de las tres canónicas amonestaciones tanto en la ciudad de Pamplona, como en esta de Logroño, por los Señores el Dr. D. José Ximénez Terriente Vicario General Castrense interino de los Reales Ejércitos del Obispado de Pamplona y por el Señor Provisor de este Obispado de Calahorra y la Calzada".
E l v i a j e d e n o v i o s
La pareja después de casada gozó de ocho meses de profunda intimidad, dedicándose, según la documentación, obviando la cumplimentación y expansión sentimental derivada de la reciente unión matrimonial, a dos menesteres principalmente: repatriar los dineros en efectivo del Brigadier y "montar la casa en el pie y con el gusto que corresponde a la distinguida clase y lustre de ambos esposos".
Y hasta se pueden diferenciar dos períodos de idéntica duración en este escaso tiempo: el viaje de novios o "luna de miel" y la rehabilitación para vivir "juntitos" de la Casa Principal del Mayorazgo en Logroño heredada por la mujer.
Pasaron la luna de miel en París durante el otoño-invierno de 1827 y todo el mes de enero del año siguiente. En total, cuatro meses. En la capital del Reino de Francia se dedicaron, además de a los supuestos afectivos precitados, a otras varias cuestiones, y posiblemente con el mismo ahínco que a lo primero. La documentación cita expresamente dos cosas: la compra de "trajes" para Dña. Jacinta y "la negociación de las inscripciones de sus fondos para conducirlos a España y darles inversión y destino". De las cantidades negociadas hemos escrito en un apartado anterior detalladamente. Decíamos que globalizaban unos setecientos mil reales en efectivo, y concluíamos que sus gestiones fueron eficaces, pues el dinero llegó a España y se situó del modo que también anteriormente dejábamos dicho.
De los trajes adquiridos derivan, sin duda, las notas de elegancia de la joven Jacinta reconocidas por los compañeros de armas de su marido unos años después cuando fue destinado a Barcelona.