Reinado de Isabel II en La Rioja: Riojanos del 'éxodo'
Riojanos del éxodo en Ortigosa

El apogeo industrial de la sierra riojana durante el XVIII fue muriendo poco a poco. Y entre los inicios y la primera mitad del siglo XIX emigran sus gentes, pero sobre todo sus capitales. Es la época de "Los riojanos del éxodo".

Se dispersan por España e Hispanoamérica, y unos pocos hacen fortuna. Son protagonistas, con nombre y apellidos, del éxodo, pero otros quedaron en el camino y en el anonimato y resulta difícil analizarlos. Quede, no obstante, aquí un recuerdo para todos ellos.

Riojanos en la capital del reino

En la capital del reino, Madrid, desde comienzos del siglo XIX, exite un núcleo de riojanos estructurados en torno a la "Cofadría de la Virgen de Valvanera" de la Iglesia de la Gran Vía madrileña, y también en torno a la Parroquia de San Ginés, proxima a la plaza de Oriente.

Entre las familias más destacadas están la de los Nájera, que vertebra un grupo dedicado al comercio capitalista, o sea, a la banca o comerciantes banqueros, que a mediados del siglo XIX se convierten en un grupo de presión, o poder fáctico, muy destacado de la España isabelina. Recordemos únicamente estos tres nombres: Vicente Bayo, Feliciano Herreros de Tejada y el Marqués de Vallejo.

Pero, además hay otros que lideran parcelas de poder distintas, como Pedro González Vallejo, obispo y arzobispo de Toledo electo, Martín Fernández de Navarrete que frecuenta amistades gubernativas, Esteban de Ágreda que preside la Academia de Bellas Artes de San Fernando.

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Monografía

En el resto de Españo

Igualmente, distribuidos por una gran parte de la geografía española, encontramos a otros riojanos del éxodo que con sus negocios de distintos tipos han pasado a las historias rigionales.

Es muy difícil entender la historia de los Altos Hornos de Asturias sin tener en cuenta la labor de los Duro, en especial, del camerano de Brieva, Pedro Duro.

Se puede afirmar lo mismo en relación con Andalucia, tanto en cuanto a Málaga y sus alrededores, como a Córdoba. La industrializadión de mediados del siglo XIX de Málaga se debe en gran parte al comerciante, prestamista e industrial Manuel Agustín Heredia Martínez, natural de Rabanera de Cameros, que con sus Sociedades "El Angel", "La Concepción" y la "Constancia" establece las primeras ferrerías andaluzas; o también Martín Larios Herreros, natural de Laguna, que fuera Diputado a Cortes y Senador. La Casa de Banca más importante de Córdoba en la segunda mitad del siglo XIX se debe también a otro riojano, de Aguilar de Río Alhama en este caso, Pedro López, que tras la crisis bancaria de 1868, se vió fortalecida y siguió su trabajo financiero sin ningún tipo de problemas.

En Extremadura, tan íntimamente unida a la sierra camerana por la trashumancia y el pastoreo de invierno, se sitúa el serrano de Montenegro de Cameros, Juan José García Carrasco, que ha sido considerado como el primer banquero de Extremadura por su Casa de Banca en Cáceres y que cubre toda la primera mitad del siglo XIX, siendo Senador por Badajoz (1840-1845) y después vitalicio hasta su muerte (20 octubre 1851).

En Galicia, más concretamente en Santiago de Compostela, no debemos olvidar la aportación de la familia Simeón. En Segovia al comerciante cerverano Felipe Ochoa.

Riojanos en ultramar

Riojanos del éxodo son también aquellos que cruzan el Atlántico y se afincan en naciones hispanoamericanas, desde Méjico hasta Argentina, pasando por Venezuela, Chile, Méjico, etc...

No nos ocuparemos de ellos pues existe una monografía detallada sobre este tema en la red.

Pedro Duro
Cuadro de don Pedro Duro conservado en las oficinas de Duro-Felguera.

Industria textil de la sierra riojana de mediados del siglo XIX


Industria serrana de mediados del siglo XIX