La Rioja Provincia
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Esparteroo Hacendado riojano
2
Don Práxedes el mecenas
3
El siglo de las dos XX
4
La II República en Logroño
5
Cuarenta años de dictadura
6
Memoria de fin de siglo
7
La Rioja en las Exposiciones
8
Pelota Historia
9
Los golpistas cambian los nombres de las calles
10
Economía contemporánea de La Rioja

La agricultura riojana. DIVERSIFICACION
Y ESPECIALIZACIÓN.
(2ª mitad del siglo XX)

El sector primario riojano se transformó después de los años cincuenta del siglo XX. Ajustes positivos de todo tipo llevaron a su agriculutura hacia la modernidad. Se aumentó la productividad, al liberarse un amplio número de activos, que aunque en 1960 aún eran el 44,5%, en 1981, ya sólo eran del 19, y la progresión ha continuado.

El desiquilibrado sistema dual dio paso a una estructura asentada sobre cuatro pilares selectivos no sólo en cuanto al tipo de cultivo, sino también en el uso y ubicación del terrazgo. El Mapa de los años noventa del siglo XX es diverso y especializado.

Paisaje riojano
Si repasamos las hectáreas ocupadas por los grupos de cultivos desde los años veinte hasta los ochenta del siglo XX comprenderemos una parte de la modernización. Aún en 1960 los cultivos dominantes, como sucede en años anteriores, son: los cereales y el viñedo, pero en dos décadas, sin disminuir éstos, van cobrando importancia: las hortalizas y los frutales; e incluso los tubérculos de consumo humano y los forrajes. Los frutales y las hortalizas casi olvidados por los agricultores riojanos hasta los años sesenta, superan cada uno las ocho mil hectáreas en 1972, ampliándose a docemil, también cada uno de ellos, en 1980. E incluso las patatas y la alfalfa están también por encima de las ocho mil hectáreas en 1980. Se ha llegado, pues, a una equilibrada diversificación de cultivos. Pero incluso encontramos otras novedades en los cultivos concretos de cada grupo. Por ejemplo dentro del de los cereales pieerde hegemonía el grano panificable en favor de la cebada; es alto el porcentaje de producción riojana, en relación con el total nacional, de hortalizas tales como el pepinillo, el puerro, la guindilla, el cardo o el espárrago.

Otros indicadores concluyen, también, en la modernización de la agricultura riojana durante la segunda mitad del siglo XX. La aportación de los principales grupos de productos a la producción final agraria es tan diversificada, e incluso equilibrada, en los años ochenta, obviamente, como el mismo uso que se hace del suelo. De una aportación dual mayoritaria, en torno a tres cuartos de la producción total agraria, apoyada sobre el sistema de cereales (55,6% y el viñedo (18 %) de mediados de los años treinta, se pasa a otra muy distinta repartida entre los cautro productos más cultivados: las hortalizas (+ - 30%), el sitema de cereal (+ -24%), el viñedo (+ -20%) y los árboles frutales(+ - 13%). Y hasta los tubérculos y raíces para el consumo humano rondan porcentajes de dos cifras.

Pero además, esta diversificación y equilibrio de la agricultura riojana de los años ochenta, se hacen extensivos al territorio y a la distribución general de la superficie de secano y de regadío. Esquematizando al máximo, se puede afirmar, que los municipios de La Rioja Alta se especializan en viñedo, patata, remolacha y trigo-cebada; los de La Rioja Media en viñedo, cereales, productos de la huerta -particularmente pepinillo, puerro y zanahoria- y árboles frutales -sobre todo el cerezo-; y los de La Rioja Baja, en la zona de Calahorra se dedican mayoritariamente a la huerta, en la de Arnedo a los almendros, espárragos y ciruelos, y en la de Alfaro a los cereales de todo tipo, las plantas forrajeras y los frutales varios.

La mitad del secano -el 75% del total del suelo usado- se cultiva con cereales; un caurto con viñedos; y un 10 % con almendros. El regadío sirve aún en un cuarto por ciento para cereales, mientras que la huerta se planta en un 20 % y las patatas en un 16 %. La remolacha y los frutales absorben el resto del regadío.

Paisaje de huertas en las proximidades de Logroño