A lo largo de la década de los años cincuenta se dan estos hechos de ocio y espectáculos en La Rioja, según sus fechas.
1950: el Club Deportivo Logroñés asciende a Segunda División celebrándolo con una misa de acción de gracias en La Redonda.
1951: se inaugura un nuevo local para cine en Logroño, después de más de veinte años sin hacerlo, el CINE AVENIDA.
1952: EDAD DE PLATA del fútbol riojano cuando el Club Deportivo Logroñés juega el ascenso a Primera División sin conseguirlo.
1953: coincidiendo con el estreno de "Bienvenido Mr. Marshall", Abel San Martín, BARBERITO, se proclama campeón absoluto de pelota a mano, sin jugar, al retirarse Gallastegui, el titular.
1954: en un espectáculo lúdico-religioso, el 15 de octubre, Franco corona en El Espolón a la Virgen de Valvanera
1955: se reinstauran los Juegos Florales para exaltar "los valores riojanos". Mantenedores, reinas de amor y hasta muchos de los ganadores de "las flores" proceden de fuera mayoritariamente y los vecinos acomodados de la ciudad y autoridades sólo se conformaron con presenciar las pompas desde las butacas del Teatro Bretón. Inmenso eco y ruido social y escasos frutos. Moisés Moreno del Val (Hervías) se proclama campeón manomanista de España en Barcelona y mundial en Montevideo.
1956: Se rueda y estrena en Logroño la película de Juan Antonio Bardem Calle Mayor, con más ruido que nueces, según el Delegado Provincial de Información y Turismo.
1957: Nace la I Fiesta de la Vendimia Riojana y la I Vuelta Ciclista a La Rioja
1958: El 18 de septiembre se abre la primera Sala de Fiestas moderna en Logroño: Sala Ducal. Es el inicio de la siembra de locales de ocio de este modelo.
1959: en torno a la Fiesta de la Vendimia, que llega hasta hoy -2018-, se consolidan los Juegos Florales y las Vueltas Ciclistas.
El son de doce cascabeles y la ilusión de Machín de ver pintados angelitos negros marcan los espectáculos de los cincuenta.
La década arranca en Logroño con la apertura de un nuevo local para cine (Avenida - 1951) y se cierra con la inauguración de una Sala de Fiestas moderna (Ducal - 1958), y entre medias, se acumulan actos de ocio de todo tipo.
Unos produjeron mucho ruido y pocas nueves, algunos a la inversa, y los más, ni una cosa ni otra.
Espectáculos de otro signo dominan los años centrales del siglo. La coronación de la Virgen de Valvanera por el general Franco en 1954 en la nueva "Concha" del paseo principal de la ciudad es el modelo puntero.
La reinstauración de los Juegos Florales en septiembre de 1955 para exaltar "los valores riojanos" con "reinas de amor", mantenedores, y hasta muchos de los ganadores de "las flores", procedentes mayoritariamente de fuera, están en la misma línea.
Los vecinos de la ciudad, en especial los acomodados, y las autoridades provinciales y locales, se conformaron con presenciar estas pompas y ser figurantes desde las bancadas del Espolón en la coronación y las butacas del Teatro Bretón en los Juegos.
Con más ruido que nueces, según la opinión del Delegado Provincial de Información y Turismo de la época, -y es posible que en esto atinara- se rueda y estrena en Logroño en 1956 la película Calle Mayor dirigida por Juan Antonio Bardem. Sin duda que subieron los decibelios de los espectadores ya que muy pocas veces podían ser "arte y parte" de un espectáculo de este tenor, y mucho menos en aquellos oscuros años. Cesáreo González, el director, José Suárez, Emma Penella, Paquita Rico, y no digamos Betsi Blair, pasaron por Logroño, y lo único que dejaron fue una firma en La Reja Dorada. Menos mal que no se llevaron la calle del Mercado o la Plaza Mayor o la tienda de Torino. En fin, y sin que sirva de precedente, hay que leer el Informe sobre el estreno en el Cine Avenida redactado por el Delegado del franquismo.
Costó concretarlas, pero cuando las Fiestas de la Vendimia Riojana arrancaron en el año 1957, ya no ha hubo forma de pararlas. Año tras año, hasta hoy, en las Fiestas de San Mateo logroñesas se celebra un espectáculo de muy difícil encasillado. Las aceras de la ciudad se pueblan de público para presenciar el paso de las "carrozas" y los espacios adyacentes de "La Concha" acumulan a curiosos de todo tipo para seguir el pisado de la uva. Es un espectáculo nacido con el espíritu de los cincuenta revivido en la capital de La Rioja cada anualidad. Cada uno es muy libre de opinar lo que quiera sobre las mismas, pero son un espectáculo de primer orden.