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PROCESO AUTONÓMICO
LA RIOJA
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Democratización del proceso autonómico

La experiencia de la celebración del primer "Día de La Rioja" en octubre de 1978 en Nájera fue de grandes consecuencias. Afectó a todos. Tanto a las organizaciones sociales y partidos políticos riojanos, como al gobierno central. Cada uno interpretó los hechos como le convino. La "lectura" de los partidos mayoritarios -PCE, ID, ORT, UCD y PSOE-, en una reunión en la sede de este último, fue la culpabilización de los grupos minoritarios, decidiendo excluirles del proceso por manipuladores, y acordando que la negociación de la Autonomía debía ser exclusiva de la Asamblea de Parlamentarios constituida en Consejo General de La Rioja. El gobierno, a través de su Ministro Clavero, con el que se reunieron los Parlamentarios una semana después de la celebración de Nájera, sólo asumió la cara negativa de la celebración, para concluir, con palabras de dicho Ministro, que: "No veo ahora una voluntad clara de que exista conciencia autonómica. Los acontecimientos últimos han demostrado que la cosa no está clara, y nos han dado la razón... es un tema que no siente el pueblo riojano". Por su lado los partidos extraparlamentarios se posicionaron en contra de todos, acusando a unos de posibilistas, a otros de aprovechados, a los más de acomodaticios, por lo que eligieron su propia vía.

La Asamblea de Parlamentario de La Rioja en el otoño de 1978, entre el 4 y el 11 de noviembre, radactó, con la aceptación del Ministro Clavero, el posible texto del Real-Decreto por el que el Consejo de Ministros aprobaba el órgano rector encargado de la consecución de la Autonomía de La Rioja. Este, con la denominación de Consejo Parlamentario Regional de La Rioja,debería ser competente para elaborar su régimen interno, realizar y dirigir estudios sobre las posibles alternativas autonómicas, y proponer al gobierno las medidas que afecten a los intereses de La Rioja

El PSOE, en este contexto, se posicionaba a mediados de noviembre de 1978 en su Asamblea del Comité Regional, insistiendo en sus tesis tradicionales: La Rioja tiene derecho a ser Autonomía uniprovincial, pero apoyada en comprobaciones; si ésta no es posible, debe unirse al País Vasco-Navarro, aunque negándose a ello, si las acciones violentas o de desprecio supusieran inferioridad; y todo canalizado por la acción de El Consejo Parlamentario Regional de La Rioja al que ofrecía su colaboración y apoyo. Y éstas ideas se reiteran durante los períodos electorales generales y municipales del primer semestre de 1979 recalcando en su propaganda el "compromiso autonómico".
Las Elecciones Municipales de abril de 1979 democratizaron los últimos reductos de la dictadura franquista, a saber: los poderes locales y los provinciales, suponiendo un paso importantísimo para legitimación de los procesos autonómicos. Ya no sólo eran representantes electos por el pueblo los Diputados y Senadores, sino que ahora también compartían la misma credibilidad democrática los Alcaldes, los Concejales, y por ende, los Diputados Provinciales. Definidos, tras la consulta electoral, los sujetos activos de la canalización de las reivindicaciones populares riojanas, sólo quedaba que éstos actuaran. Y muy pronto empezaron a hacerlo. La Diputación Provincial convirtió en bandera oficial a la "cuatricolor" en sólo cuatro meses -agosto de 1979-; se oficializó la celebración del "Día de La Rioja" en su segunda celebración en Haro; y se presionó para que la provincia accediera a su verdadero nombre. Pero quedaba alcanzar el fin último: la Autonomía uniprovincial.

El socialismo riojano se definió con rotundidad sobre este tema en la reunión monográfica del Comité Regional del 10 de septiembre de 1979. Daba por cerrada la etapa anterior "de titubeos, dilaciones y matizaciones", como decía Félix Palomo, y concluía que "con los datos que tenemos y las circunstancias políticas en que no movemos, nos dan suficiente garantía de que la idea no es una aventura loca". El PSOE, desde esta fecha, decidía iniciar el proceso autonómico de La Rioja por el artículo 143 comprometiéndose a trabajar por la Autonomía uniprovincial desde los Ayuntamientos y la Diputación. Esta posición fue defendida por el Diputado socialista Cosculluela en el segundo "Día de La Rioja" en Haro (7 de octubre de 1979) solicitando que todos los Ayuntamientos riojanos debían tomar acuerdos municipales sobre su solicitud o denegación, siguiendo el ejemplo del de la capital de la provincia.

Efectivamente, tres días antes -el 4 de octubre de 1979- de la celebración del "Día" en Haro, el Ayuntamiento de Logroño en pleno tomó el acuerdo de comenzar el proceso autonómico por la vía del art. 143. El período de seis meses para las consultas al resto de los Ayuntamientos de la provincia - o al menos los dos tercios que representasen como poco el 51% del Censo electoral- se ponía en marcha. Para el 20 de noviembre son 84 los Ayuntamientos que ya se han definido, aunque aún restaban 89. El 12 de diciembre se habían pronunciado el número de Ayuntamientos necesarios. A finales de diciembre, Cosculluela, en plena euforia por la aprobación del cambio de nombre de la provincia con el voto de todos los Senadores, y en contra de la decisión de la UCD que da por cerrada la consulta a mediados de enero, solicita que se definan el 100 % de los Ayuntamientos, ya que el plazo no se cierra hasta el 8 de abril de 1980. El 17 de enero de 1980, sin embargo, prácticamente la totalidad de los mismos habían enviado sus Actas El 29 de enero de 1980 en una reunión conjunta de los Parlamentarios y los Diputados Provinciales, presidida por el Presidente de la Diputación, se da por cumplido el proceso de la Diputación Provincial para pedir la Autonomía de La Rioja. Se habían pronunciado la totalidad de los Ayuntamientos de la provincia, menos uno, apoyando la vía del artículo 143, 171; la del 151, uno; y no quería autonomía, otro. La consulta democrática sobre la Autonomía de La Rioja a los representantes electos, este acto y la entrega de "los papeles a las Cortes" -por los ocho parlamentarios, el Presidente de la Diputación y un Diputado Provincial de cada grupo parlamentario- cerraban otra etapa del proceso hacia el autogobierno de nuestra provincia. Restaba elaborar un Estatuto para su Autonomía.