Aprobada democráticamente la Autonomía
de La Rioja por la vía del artículo 143 de la Constitución
era necesario continuar con los pasos inmediatos. En primer lugar
se necesitaba definir quiénes formarían la Asamblea
que aprobara el anteproyecto estatuario. En segundo, redactar un
reglamento de la misma. En tercero, seleccionar a quiénes
se ocuparían de redactarlo para someterlo a debate. Y finalmente,
aprobar y publicar el proyecto definitivo para darle entrada en
las Cortes. Los políticos riojanos se ocuparon de este temas
durante un año largo, desde primeros de marzo de 1980 hasta
mayo de 1981.
En la primera quincena de marzo de 1980 se realizaron diversas reuniones entre
cuatro representantes de los partidos riojanos mayoritarios (UCD= Escartín
e Ibarra; PSOE = Cosculluela; y CD = Isasi) para acordar los mínimos
a seguir en la redacción del anteproyecto del Estatuto. Este grupo, que
vino a denominarse de la "Ponencia política", consensuó
la formación de la Asamblea y la redacción del Reglamento de la
misma, de tal manera, que a los pocos días de comenzar la primavera de
1980, quedó constituida la primera con 32 miembros -los ocho parlamentarios
y los 24 Diputados Provinciales-, así como su "mesa" y los
Reglamentos de actuaciones.
Los mismos cuatro representantes redactaron el "borrador"
del Anteproyecto del Estatuto de Autonomía de La Rioja. En julio daban
por terminado su trabajo, firmándolo y publicándolo en el Boletín
Oficial de Provincia, quedando sólo pendiente la unificación
de criterios en cuanto a la elección de los Diputados de la Asamblea
Autonómica.
El "proyecto de la Ponencia política" pasó, el 24 de
julio de 1980, a la fase de información pública y de presentación
de enmiendas y sugerencias, que pudieron realizarse por todos los partidos políticos
de la región sin excepciones. Sin embargo, la falta de consenso en cuanto
a cómo realizarse la consulta electoral para elegir a los Diputados autonómicos
ralentizó el proceso de tal modo, que después de seis meses de
bloqueo, a finales de enero de 1981 llegó a insinuarse que la UCD podría
seguir adelante sola con el Estatuto. El PSOE respondió que tal postura
producía hilaridad. AP que sería una cacicada. La cuestión
es que antes de pasar quince días del rumor anterior se produjo el desbloqueo
del proceso, al aparcarse, primero, el sistema electoral, y decidirse, más
tarde, enviar el Estatuto a las Cortes sin concretar el sistema electoral.
Los días 4 y 5 de Abril de 1981 se dictaminaron ante la Comisión
de Autonomía las noventa enmiendas presentadas al anteproyecto. El día
cuatro fueron rechazadas las enmiendas a la totalidad presentadas por el MC,
PT. El primero defendía la vía del artículo 151 y el segundo
ni siquiera se presentó a la defensa de su propuesta. También
se iniciaron las enmiendas parciales del PCE, defendidas por Rafael Gómez
Soria, pero se terminó votando todas las enmiendas parciales presentadas,
artículo por artículo, sin poder continuar por separado el representante
comunista con las suyas particulares. En este día se votaron las enmiendas
de los dos primeros títulos: el Preliminar (con siete artículos)
y el Primero (con otros cinco). La UCD y PSOE únicamente, por ausentarse
de la sesión Alianza Popular, aprobaron por unanimidad los 12 primeros
artículos. El día cinco, con la ausencia también de los
portavoces del AP, se dictaminó sobre el total de las enmiendas al resto
del Estatuto. Al final de ambas reuniones el PCE había logrado introducir
en el artículo 8º sobre competencias exclusivas las de ordenación
del territorio, urbanismo y vivienda y las de Denominaciones de origen. Y el
PSOE también estaba satisfecho porque, según decía su Diputado
Cosculluela habían "prosperado muchas enmiendas de la oposición",
aunque se sentía inquieto por quiénes las iban a aplicar desde
su vigencia hasta las elecciones de 1993.
Los días 4 y 5 de Abril de 1981 se dictaminaron ante la Comisión
de Autonomía las noventa enmiendas presentadas al anteproyecto. El día
cuatro fueron rechazadas las enmiendas a la totalidad presentadas por el MC,
PT. El primero defendía la vía del artículo 151 y el segundo
ni siquiera se presentó a la defensa de su propuesta. También
se iniciaron las enmiendas parciales del PCE, defendidas por Rafael Gómez
Soria, pero se terminó votando todas las enmiendas parciales presentadas,
artículo por artículo, sin poder continuar por separado el representante
comunista con las suyas particulares. En este día se votaron las enmiendas
de los dos primeros títulos: el Preliminar (con siete artículos)
y el Primero (con otros cinco). La UCD y PSOE únicamente, por ausentarse
de la sesión Alianza Popular, aprobaron por unanimidad los 12 primeros
artículos. El día cinco, con la ausencia también de los
portavoces del AP, se dictaminó sobre el total de las enmiendas al resto
del Estatuto. Al final de ambas reuniones el PCE había logrado introducir
en el artículo 8º sobre competencias exclusivas las de ordenación
del territorio, urbanismo y vivienda y las de Denominaciones de origen. Y el
PSOE también estaba satisfecho porque, según decía su Diputado
Cosculluela habían "prosperado muchas enmiendas de la oposición",
aunque se sentía inquieto por quiénes las iban a aplicar desde
su vigencia hasta las elecciones de 1993.
Por fin los días 24 y 25 de abril de 1981 se cumplía el trámite
final antes de trasladar el Estatuto a las Cortes: la sesión en pleno
de la Asamblea de los Treinta y dos para deliberar y aprobar el Texto definitivo
del Borrador elaborado. En el primer día y parte del segundo se procedió
a la defensa por títulos y a la votación de artículo por
artículo de las distintas enmiendas de los tres grupos existentes en
la Asamblea, siendo las Disposiciones transitorias las más polémicas
y discutidas. Finalmente hacia las doce de la mañana del día 25
de abril se procedía a la votación del texto íntegro del
Estatuto, con la exigencia de mayoría de la Asamblea. Y surgió
la sorpresa: los cuatro Diputados Provinciales de AP votaban en contra del Estatuto,
aunque era aprobado, porque entre el PSOE y la UCD, había recibido veintidós
votos.
En las explicaciones del voto el Diputado del PSOE decía que "quienes
hoy votan en contra se oponen con su voto a la Autonomía de La Rioja
mientras no se demuestre lo contrario...". Estas palabras encendieron la
polémica. Berceo en "Nueva Rioja" tachó esta
frase como de "exabrupto doctrinario", y Cosculluela le contestó
que "de haber prosperado el voto negativo hubiéramos tenido que
empezar de nuevo y eso hubiera sido un error histórico". Los protagonistas,
los de AP, insistían en que eran autonomistas, pero no con este Estatuto.
Finalmente el 8 de mayo de 1981 en la Sala Capitular del Monasterio de San
Millán de la Cogolla, se reúnen en pleno los miembros de la
Asamblea de los Treinta y Dos para celebrar la última sesión del
proceso autonómico de La Rioja y firmar el Estatuto que presentarían
en las Cortes. En los discursos el representante de AP justificaba su voto negativo
con razones económicas, al considerar que "este Estatuto grabaría
excesivamente el bolsillo de los riojanos"; el PSOE concluía que
"la Autonomía no es el final de nada sino el comienzo de todo"
y UCD establecía que el Estatuto "era la primera piedra para poder
seguir adelante". A mediados de mayo el Estatuto de La Rioja o de San Millán
era recibido por el Presidente de las Cortes Landelino Lavilla, así
como por el Ministro de Administración Territorial, Rodolfo Martín
Villa.
El resto de los pasos para alcanzar la Autonomía de La Rioja ya no dependía
directamente de los riojanos. Después de casi cuatro años de reivindicaciones
parecía que se había conseguido lo deseado, como así sucedería
el 10 de septiembre de 1982, cuando después de ser publicado en el Boletín
Oficial del Estado (nº 146, 19 de julio de 1982) entraba en vigor,
no sin algunos sobresaltos en el camino, como el del Informe de la Comisión
de Expertos que se oponía al creación de Autonomías uniprovinciales.