"E L LARGO E X I L I O "
Maria durante la Guerra Civil en Bélgica
María durante la Guerra Civil fue agregada comercial en Bruselas y se encargó de una colonia de niños expatriados por causa de la misma.
El refugio de María: La casa de campo en Cagnes-Sur-Mer
A esta casa de la Costa Azul francesa, en Cagnes-su-Mer, arrabal de Grasse,
próxima a Niza, se retiraba María Lejárraga cuando llegaban
los rigores del invierno madrileño y los pesares amorosos. Estaba situada
en emplazamiento solitario, en un paraje campestre al borde del Mediterráneo, y alejada
de la población, en fin, sitio ideal para descansar.
Era una mansión exenta de suntuosidades, aunque cómoda, holgada
y silenciosa, sin más ruido que el ritmo de las olas que espumeaban suavemente
en playa inmediata. Gobernábala una señora de edad.
Había sido comprada por María en los años veinte y en ella
fueron creadas muchas de las obras que María escribió para Gregorio
y en ella pasaron algunas temporadas juntos como antiguos compañeros,
tal como muestran algunas de las fotografías existentes.
En ella pasó María también los primeros años del
exilio hasta que los nazis alemanes invadieron Francia. Y de ella guarda María
los "malos tiempos que pasó", entre la miseria y el hambre
de la guerra.
María en Tempe (Arizona - Estados Unidos):
La amistad con la viuda de su profesor de ruso George Portnoff
El 7 de septiembre de 1950 María, cuando le faltaban unos meses para
cumplir los setenta y cinco años, sale de Génova con destino a
Nueva York, para, según su decir irónico, "hacer las Américas".
En esta ciudad visita sus museos y se mueve por periódicos, editoriales,
agencias,... buscando la contratación de artículos, guiones, libros,
traducciones para poder vivir de su trabajo.
En noviembre se traslada a la ciudad de Tempe (Arizona) donde vive la viuda
de su antiguo profesor de ruso en Madrid, George Portnoff. Collice, profesora
de español, vivía en la ciudad universitaria de Arizona-State-College
y en este ambiente María pronto se puso en contacto con los miembros
del Departamento de Arte Dramático para representar su comedia en tres
actos Es así. Lo hacen los estudiantes del Taller de Drama de
la Universidad.
A continuación viaja a California para entrevistarse con productores
de cine. En Hollywood busca la filmación de su obras Navidad y
Don Juan de España, y a la vez escribe algunas cosas. Entre ellas
una comedia para niños con el título de Merlín y Viviana
o la gata egoísta y el perro atontado que envía a Walt Disney.
Le devuelven el original, pero al poco tiempo se estrena la película
de dibujos animados La dama y el vagabundo, con el mismo argumento, y
con el sólo cambio de convertir a Viviana en una perra elegante.
Esperando los resultados del cine americano, que nunca llegaron, se trasladó
a Méjico.
María en Méjico: Reencuentro
con antiguos compañeros y amigos
En Méjico
esperó, sin resultados, los "éxitos de Hollywood". Mientras
tanto se dedicó a ganarse la vida con traducciones para las editoriales
Aguilar y Grijalbo, con colaboraciones en la prensa y con algunas conferencias
en los centros de los exiliados españoles. María recuerda con
mucho cariño la edicción y el prólogo de la obra de Einstein
Mis últimos años.
Pero el clima y la altitud de la ciudad de Méjico no le viene bien. y
ante sus problemas respiratorios decide salir de este país.
María
en Argentina: Destino definitivo de María
María vive los últimos veinticuatro años de su vida en Buenos Aires:
desde 1951 hasta su muerte el 28 de junio de 1974. Y lo hace en habitaciones
de Hoteles: en el Hotel Lacaster, en el Regis, en el Deauville, aunque cuidada
a distancia por su sobrino Jaime, que también vive en la misma ciudad.
Aquí tuvo que "resucitar", pues Gregorio había "hecho
correr la noticia" de que había muerto. Y "resucitó"
con el mismo empeño que hizo todo. Se puso en contacto con editoriales
y periódicos, con viejos conocidos y conocidas, y reinició su
trabajo y su vida.
Se dedicó a todo. Tradujo comedias (Anouilh y Mauriac) y novelas; publicó
un libro de teatro para niños, Viaje de una gota de agua, en la
editorial Hachette en mayo de 1954; y sobre todo se ocupó de sacar sus
dos libros de memorias: Una mujer por caminos de España y Gregorio
y yo -ambos en el año 1952-.
Pero como todo lo anterior no le aportó demasiados beneficios económicos
tuvo que realizar colaboraciones periódicas en la prensa, en especial,
en El Tiempo de Buenos Aires, en la revista Maribel (de la misma
ciudad) y en La Prensa de Bogotá, y dedicarse a las emisiones
de Radio Nacional Argentina en series sobre los más diversos temas.